🔷 En la Terapia de Aceptación y Compromiso trabajamos con un aspecto fundamental que es la Desesperanza, como forma de ayudar a la persona a abandonar todas esas estrategias de control que finalmente la llevan a aumentar su sufrimiento, en lugar de «solucionar» algo.
🔶 Esta Desesperanza, como parte de un proceso fundamental en este modelo terapeútico, se vuelve efectiva cuando la persona no sólo entiende desde la lógica que estas estrategias no están funcionando para transitar una vida valorada, sino que se necesita que esa desesperanza se vivencie, se encarne y se experimente, como consecuencia de un contexto que se evoca en la sesión de terapia.👉🏽Esa es la puerta de entrada de un camino de abandonar estrategias rígidas que finalmente terminan agrandando la bola de nieve en la vida de la persona.
🔷 La situación, en principio, puede sentirse desesperada, pero es la condición que abre la posibilidad al cambio, es el artilugio que se necesita para poder modificar la situación en la que la persona se siente atrapada.
🔶 Por eso, se nos ocurre pensar a la desesperanza como un motor:
🚤 si imagináramos a una persona que navega aguas turbulentas (emocionales) en un bote sin remo, podríamos ver como la embarcación se mueve hacia donde las aguas la lleven, quien se encuentra en ella no tiene la posibilidad de elegir la dirección que desea tomar.
👉🏽 Sin embargo, cuando la desesperanza impacta en el sujeto, y el acto creativo tiene lugar porque se soltó la lucha viciosa, entoncesese bote se hace de un motor, convirtiéndose en una lancha, donde la persona puede tomar el control de su rumbo y dirigirla hacia donde anhela ir.
👉🏽 Obviamente, luego queda en la elección del navegante utilizarlo para encauzar su dirección…