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Como su nombre lo indica, la Psicoterapia Asistida con Psicodélicos es un tipo de psicoterapia que se propone tratar los problemas emocionales y vitales de las personas con la asistencia de sustancias psicoactivas como son la ketamina, el MDMA, el LSD, la psilocibina, la mezcalina y el DMT.

El número de sesiones es limitado y consta de dos sesiones de preparación, una de dosificación y las sesiones de integración o seguimiento.

En cada sesión hay un facilitador entrenado para acompañar al paciente y ayudarlo a transitar el viaje.

Este tipo de terapia, más que considerar la eficacia del fármaco, se enfoca en la eficacia de la experiencia, como expansión de conciencia.
Este modelo sugiere que a través del procesamiento de la experiencia psicodélica, a través de la psicoterapia, una persona puede experimentar percepciones significativas y profundas que provocan cambios emocionales, cognitivos y conductuales.

Los modelos terapeúticos investigados y aplicados actualmente para la integración con psicodélicos son la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la Integrativa y Transpersonal.

La psilocibina es el psicodélico de elección ya que es una forma de asegurarse una composición pura y natural, evitando así la contaminación del compuesto, lo cual conllevaría a una dudosa calidad del viaje psicodélico. Si se administra de forma controlada, en un entorno clínico y con las dosis adecuadas, puede «reconfigurar» el cerebro de las personas con depresión y eliminar el bucle de pensamientos negativos que retroalimentan la enfermedad.

Hace unos años se reactivaron los ensayos clínicos donde se estudia el efecto de este psicoactivo. Por ejemplo, en un centro del Reino Unido utilizaron la resonancia magnética para introducirse dentro del cerebro en pleno viaje psicodélico y ver qué cambia.

Observaron que la psilobicina suprime la actividad en una zona, la corteza pre-frontal medial, habitualmente hiperactiva en las personas que padecen depresión. 

 

También que «actúa en la producción de serotonina —neurotransmisor que las personas con depresión producen en menor cantidad.

En Estados Unidos, un grupo de investigación de la Universidad John Hopkins, ha estado probando su eficacia para dejar de fumar y para que enfermos terminales de cáncer afronten de la mejor manera el inevitable viaje hacia la muerte. Los participantes en este último estudio lograron cambiar la vivencia gracias a la experiencia mística que los médicos indujeron con la ingesta de la psilocibina. Consiguieron reducir la angustia y así un final más dulce. Algunos incluso han llegado a bautizar la psilocibina como «Dios en una pastilla».

Otro grupo de la Universidad de Nueva York está en una tercera fase de ensayos con un nutrido numero de enfermos de cáncer terminales. Como si se tratasen de maestros de ceremonias, los médicos guían al paciente durante la toma y el tiempo que dura su efecto. Al despertar, su percepción ha cambiado, su angustia se ha transformado. Muy pocos son los que padecen el peor de los efectos secundarios que puede tener: la angustia de un mal viaje.

El uso terapéutico de la psilocibina no es nada nuevo. En diferentes culturas, la medicina tradicional los ha utilizado para sanar. Desde la civilización azteca, pasando por la popular María Sabina en México, hasta sanadoras de la misma Península Ibérica hace apenas 30 años

El período preparatorio es el momento de recopilar la historia de los participantes y comenzar a establecer una alianza terapéutica eficaz.

Consta de 2 o 3 sesiones (que pueden ser virtuales o presenciales), previas al viaje psicodélico que brinda una oportunidad importante para que el terapeuta y el consultante aborden las preguntas e inquietudes que surjan, y lo preparen para las sesiones asistidas por psicodélicos al familiarizarlo con la logística de las sesiones y el enfoque terapéutico que se utilizará.

También es una oportunidad para modelar actitudes que serán importantes durante las sesiones asistidas por psicodélicos, como un ritmo sin prisas, la curiosidad abierta sobre la experiencia del momento presente del participante (incluidas sus experiencias somáticas).

En definitiva, es el momento de recibir el «mindset» del consultante y prepararlo para lo que se viene.

Consta de 2 o 3 sesiones virtuales o presenciales.
La primera se intenta que sea al día siguiente del viaje psicodélico.

El terapeuta explora con el consultante toda la experiencia, se trata de que intente de a poco ir generando una narrativa de lo vivido.

Se exploran imágenes, sensaciones corporales, emociones despertadas y cómo eso comenzó a impactar en su realidad cotidiana: vínculos, rutinas, formas de pensarse a sí mismo y a la vida.

También se trabaja con un cuestionario de valores previamente completado en la fase de preparación donde se intenta conectarlo con lo experimentado en el viaje.

Se aprovecha la apertura generada para sellar lugares de conciencia y de sentido para esa persona.

Asimismo, se comienzan a proponer conductas que conecten con los valores de la persona y que ésta pueda ir llevando a cabo en su dia a dia conectado con todo lo descubierto y que haya movilizado.

☝Nada de esto es magia pero la apertura que generan estos psicoactivos definitivamente son el escenario ideal para que la artesanía de un buen terapeuta entrenado ayude a integrar y a reconectar en la conciencia de la persona que realizó un viaje con estas características tan peculiares y la ayude a realizar cambios significativos y sostenibles en su vida.

Si bien la experiencia de cada persona es única, estos son algunos de los resultados que ha mostrado los estudios clínicos al momento:

MAYOR SENSACIÓN DE BIENESTAR

AUMENTO DEL HUMOR POSITIVO

Los participantes de este tipo de terapia informan un mejor sueño, una disminución de la rumia sobre la negatividad, un estado de ánimo positivo, una mejor concentración y hábitos de estilo de vida más saludables que incluyen nutrición y ejercicio.

MAYOR CONEXIÓN CON UNO MISMO, CON LAS PERSONAS Y CON LA VIDA EN GENERAL

ESTRÉS Y PREOCUPACIONES REDUCIDOS

En principio, la asistencia del psicodélico y sus efectos de alteración de conciencia genera las condiciones para que las intervenciones terapéuticas tengan el efecto que no se logra ni con años de terapia. Sin embargo, no diríamos que una es mejor que la

otra, son más bien, experiencias distintas. Cada persona decidirá a qué está dispuesta y qué quiere experimentar. No cualquiera tiene el coraje de habitar la experiencia que proporciona el psicodélico, y además implica una expansión de conciencia para la que no siempre las personas pueden sentirse listas.

A pesar de los miles de años de uso por parte de los seres humanos en todo el mundo, los psicodélicos fueron declarados abruptamente ilegales en su uso y posesión por una convención de la ONU en 1971 como consecuencia de la Guerra contra las Drogas del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon.

Si bien la política se enmarcó como una promoción de la salud pública, uno de los principales asesores de Nixon dijo en 1994 que la guerra contra las drogas era, de hecho, una estrategia para socavar la oposición política de Nixon .

Hasta el día de hoy, el gobierno del Reino Unido persiste en afirmar que las sustancias psicoactivas se clasifican sobre la base del daño, pero el propio Comité de Ciencia y Tecnología ha descrito la ley de drogas del Reino Unido como «arbitraria», «no científica» y «basada en hechos históricos». en suposiciones, y no evaluación científica», y el principal asesor de drogas del gobierno fue despedido cuando señaló que los psicodélicos clásicos son mucho menos peligrosos que el alcohol .

Si bien, en varios estados del mundo los psicodélicos han sido aprobados para su uso en terapia para diagnósticos de depresión, trastornos de estrés postraumático, o pacientes con enfermedades terminales, en Argentina y en gran parte del mundo aún sigue siendo ilegal. No obstante se espera que en dos años la FDA de los EEUU apruebe su uso.

Mientras tanto, nosotros como psicólogos clínicos, y apoyados en la evidencia científica hemos encontrado la forma de acercar este tipo de terapia a la comunidad, desde la preparación y la integración de la experiencia psicodélica.
Por eso mismo, aclaramos que NO VENDEMOS EL PSICODÉLICO NI LO ADMINISTRAMOS.

Los psicodélicos clásicos no son adictivos y, aunque pueden inducir efectos mentales poderosos temporalmente, no son tóxicos para el cuerpo como lo es el alcohol. Desafortunadamente, han habido y aún circulan muchas historias de miedo infundadas en los medios y que han exagerado mucho los riesgos.

Un estudio de 2010 publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet calificó al LSD y la psilocibina como una de las 19 sustancias psicoactivas más seguras de uso común; doce veces más seguras que el alcohol y cuatro veces más seguras que el tabaco. En cuanto a la seguridad a largo plazo, un estudio sin precedentes de 2013 de más de 130 000 personas encontró que el uso de psicodélicos no era indicativo de un aumento de los problemas de salud mental. De hecho, cierto uso de psicodélicos se correspondía con tasas más bajas de angustia psicológica.

Es importante tener en cuenta que no todo momento es bueno para realizar un viaje psicodélico. Hay varios factores a tener en cuenta a la hora de encarar una experiencia de esta magnitud, ya sea con motivos terapéuticos o recreativos.

En relación a las problemáticas de salud mental, hay criterios de exclusión que hacen que no sea recomendable ingerir algún compuesto psicodélico a personas que:

  • Padecen trastorno bipolar
  • Padecen algún tipo de psicosis (ej. esquizofrenia) 
  • Tienen antecedentes familiares de psicosis.
  • Estar tomando cierta medicación psiquiátrica

Además, si la persona está atravesando un duelo reciente o acaba de pasar por una situación traumática como un accidente reciente por ejemplo, no lo recomendamos.
Por otro lado, cuando una persona se dispone a realizar un viaje psicodélico, ya sea de forma terapéutica o recreativa, es de vital importancia que haya recibido información acerca de lo que puede esperar de la experiencia: de qué manera se empiezan a sentir los efectos, cómo se altera la percepción, las cogniciones y las sensaciones corporales.

En el ámbito terapéutico toda esta data la brinda el profesional en las sesiones de preparación, es parte de armar el set mental o mindset del consultante de cara a la experiencia venidera.

Habiendo descartado cualquiera de estos criterios, cualquier persona que quiere explorar su conciencia o a sí mismo, ya sea apuntando a aspecto específicos que quiera modificar, observar o flexibilizar, o aunque no tenga en claro esto y simplemente quiere acercarse a este tipo de terapia por mera autoexploración, es bienvenido!

El Set y setting se refieren respectivamente a los factores internos y externos que influyen en tu experiencia psicodélica.

El Set es un reflejo de tu clima interior: tu estado de ánimo, personalidad, creencias, tus miedos y traumas, etc. También forma parte del set la actitud que tiene el participante hacia el terapeuta o facilitador así como las expectativas que trae sobre el uso de psicodélicos.

El setting se refiere a todo lo que ocurre en el lugar donde se consuma el psicodélico; como la gente que te rodea y sus comportamientos, la música que suena, los olores y el clima en el aire, incluso las fuerzas culturales del entorno que no son tan visibles.

Según el protocolo de la investigación psicodélica clínica se debe crear un ambiente cálido, acogedor y privado donde los participantes puedan sentirse cómodos y seguros para experimentar el intenso efecto de la medicina y expresarse libremente.
Para hacer que Setting sea más cómodo, se las suele decorar con plantas, flores frescas, obras de arte, colores cálidos y mobiliario hogareño.
La reproducción de una lista de música pregrabada a través de altavoces y auriculares es fundamental para crear el entorno. La selección deliberada y reflexiva de la música afectará las percepciones del participante sobre el entorno. Existe una lista específica que usa la Universidad de Hopkings para la toma de psilocibina por ejemplo.

Durante las sesiones asistidas por psicodélicos, los terapeutas deben garantizar la seguridad física de los participantes brindando las precauciones adecuadas cuando los pacientes se mueven por la habitación o deambulan. Esto incluye ayudar a los participantes a ir y venir del baño y ayudarlos a mantenerse hidratados durante el día de la prueba. El escenario incluye, por lo tanto, la presencia de agua potable, bebidas o jugos que contienen electrolitos y pequeños refrigerios.

Por favor, rellena la siguiente solicitud si tu intención es ser admitido para este tipo de Terapia: